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Macro-guía sobre candidiasis: qué son las cándidas y cómo tratarlas

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Guía sobre las cándidas: tipos de infección, cómo detectarlas, prevenirlas y tratarlas

Cándida es el nombre científico de una levadura muy popular. Se trata de un tipo de hongo que vive en prácticamente todos los tejidos y superficies, y también de forma habitual en diferentes partes de nuestro cuerpo.

Es decir, la mayoría de las cándidas viven con nosotros habitualmente y no por ello dan síntomas desagradables ni resulta necesario erradicarlas de nuestro cuerpo. Eso sí, si estas comienzan a crecer en número sí pueden acabar generando molestias e incluso problemas graves.

Si el sistema inmune humano funciona bien, es capaz de mantener a raya el crecimiento de estos hongos en nuestro organismo. Solo en los casos en los que el sistema inmune resulte menos eficaz, estos hongos podrán proliferar y causar una infección por cándidas. Esta se denomina candidiasis o moniliasis.

Es una de las enfermedades más frecuentes que afectan al ser humano, tanto a hombres como a mujeres. Y se podría decir que prácticamente todo el mundo la padecerá a lo largo de su vida en alguna ocasión.

La candidiasis vaginal, por ejemplo, afecta hasta a 3 de cada 4 mujeres en algún momento de la vida.

La responsable de la mayoría de estas infecciones es la subespecie denominada Cándida Albicans. Su proliferación descontrolada causa alteraciones, especialmente en las diferentes mucosas del cuerpo humano.

Tipos de candidiasis

Muguet

Puede padecerse en la zona orofaríngea, donde se manifiesta en forma de manchitas blancas en la boca. Se denomina Muguet.

Candidiasis en el esófago

Puede aparecer también en la zona del esófago, y provocar dolor o dificultades para tragar.

Candidiasis en la piel

Puede aparecer en la piel y causar picazón y erupciones, especialmente en los grandes pliegues –axilas, ingles, pliegue entre los glúteos, pliegue bajo el pecho o alrededor del cuello- así como entre los dedos de manos y pies o en las uñas.

Candidiasis invasiva o candidemia

Puede incluso aparecer en órganos vitales (corazón, cerebro, bazo, riñones u ojos…) o en la sangre, algo muy poco habitual y bastante más peligroso que el resto de candidiasis. Estos tipos de candidiasis más graves se conocen como candidiasis invasiva, cuando afectan a otros órganos, o candidemia, cuando afecta a la sangre.

Candidiasis genito-perianal

Pero, sin duda, a pesar de representar solo un 20-30% de los casos, la más comentada entre las mujeres es la candidiasis genito-perianal. La proliferación de hongos en la vagina acaba provocando una vaginitis realmente molesta e incluso incapacitante.

La infección por hongos vaginales no se considera una enfermedad de transmisión sexual (ETT). Sin embargo, no se recomienda mantener relaciones mientras duren los síntomas porque podrían agravar la sintomatología. Además, parece existir un riesgo de infección por hongos vaginales más alto tras la primera relación sexual.

De lo que sí parece haber más indicios es del posible contagio entre individuos al practicar el sexo oral, pudiendo diseminar la infección a otras partes del cuerpo. En este caso, la persona infectada, podría a su vez, transmitir la infección a otra persona por vía sexual, oral o vaginal.

 

Cómo detectar las cándidas

Para su diagnóstico, la mayoría de las veces es suficiente con el análisis de los síntomas. Sin embargo, lo mejor es acudir a un profesional sanitario que pueda hacer un análisis del alcance de la infección. Además, una exploración ginecológica con toma de muestra de tejido también ayudará en el diagnóstico.

Se pueden examinar muestras de flujo vaginal directamente en el microscopio para tener un diagnóstico rápido y más certero. O bien se podría tomar una muestra para realizar un cultivo de durante unos días y poder confirmar la infección. Además, hoy en día existen test de biología molecular en los que no sólo nos detecta si hay presencia o no de cándidas si no que también. nos dice el subtipo y nos informa de toda la microbiota del entorno como son estos test de biología molecular LINK 

Aunque los resultados suelen estar listos en pocos días, algunas candidiasis se desarrollan con lentitud y los resultados pueden tardar varias semanas.

Existen, además, algunos sistemas más rudimentarios para realizar en casa, con los que se puede llegar a intuir si hay una infección por cándida. Aun así, siempre es recomendable acudir a un especialista:

1. Revisar el color de la lengua

Un color blanquecino, especialmente en el fondo, podría aumentar las posibilidades de padecer algún tipo de candidiasis o infección por hongos.

2. Realizar el test de la saliva

Puedes usar la saliva de primera hora de la mañana, antes de comer o beber nada, para hacer este test. Solo necesitas un vaso de agua sobre el que deberás escupir. Después, debes observar qué sucede con la saliva durante la siguiente hora. La saliva debería flotar durante todo este periodo de tiempo. En caso de que sí hubiera una colonización excesiva de cándidas, la saliva formaría un tipo de hilos que se irían hundiendo, hasta acumularse en el fondo del vaso. O también podrían partículas de saliva en suspensión dentro del vaso.

3. Analizar los síntomas de candidiasis

La gran mayoría de las veces, son los síntomas los que mejor nos guían para detectar una candidiasis.

Este es un listado de los síntomas más característicos para que puedas identificarlos:

  • Intenso prurito o picor en vagina y vulva.
  • Sensación de quemazón, especialmente al orinar o al tener relaciones sexuales.
  • Dolores y molestias vaginales.
  • Sarpullido vaginal.
  • Exceso de flujo espeso, blanco pero sin olor o bien acuoso.
  • Se pueden analizar las escamas a través de un frotis o a través de un cultivo micológico de la muestra vaginal que se tome.

Síntomas de candidiasis en hombres

En los hombres, la candidiasis del pene es más común en casos de diabetes o en varones que conservan el prepucio (no ha sido circuncidado). Y los síntomas incluyen enrojecimiento de la zona genital, picazón y/o ardor y salpullido en la cabeza del pene, lo que puede llegar a ser doloroso.

Indicadores adicionales de la presencia de hongos

A menudo, existen también una serie de indicadores que aparecen cuando hay hongos -ya sean vaginales, orofaríngeos o cutáneos-, que no son los localizados. Y pueden servir para confirmar un diagnóstico. Estos son:

  • Foggy mind o nebulosa mental: los hongos producen sustancias neurotóxicas como el alcohol, que nos hacen tener una sensación de emborrachamiento leve.
  • Rinitis, nariz tapada, picores, eccemas: a causa de otro metabolito neurotóxico (acetaldehído) aumenta la producción endógena de histamina y con ello, los síntomas de alergias.
  • Cansancio, dolores crónicos, cefaleas y migrañas por activación del sistema inmune.
  • Colon irritable, diarreas, gases e infecciones de orina de repetición.
  • Síndrome premenstrual.
  • Ansiedad, depresión y falta de concentración.

Cómo se contrae una candidiasis vaginal

Las principales razones por las que una persona contrae una infección por cándidas podrían agruparse en cuatro:

Cambios en la acidez de los tejidos de la vagina.

Se le conoce como pH vaginal y debe mantenerse siempre ligeramente ácido.

El pH es la abreviatura de “potencial de Hidrógeno” e indica la acidez de una sustancia en una escala del 0 al 14. Cuanto más bajo es el número de la escala, más ácida es la sustancia.

Cuando la vagina pierde su acidez habitual se crea el ambiente oportuno para que proliferen diferentes tipos de microorganismos, entre ellos, los hongos. Esta pérdida de acidez puede ocurrir de forma fisiológica justo antes de la menstruación, por ejemplo.

Pero puede ocurrir también de forma “no tan fisiológica”, por el uso de jabones y productos perfumados o por el uso de duchas vaginales. Una ropa interior demasiado ajustada u otras condiciones que potencian la humedad en la zona vaginal también favorecen el cambio de pH.

Por otro lado, una correcta higiene previene los cambios de pH y limita el contagio de bacterias de la zona anal. Es importante lavarse las manos tanto después como antes de ir al baño. Y, tras orinar, hay que asegurarse de limpiarse de adelante hacia atrás y no al revés.

Si tus síntomas aumentan tras las relaciones sexuales, el semen pueden tener algo que ver. Tiene un pH más alcalino que la vagina y puede favorecer un descenso transitorio de la acidez de la zona.

Cambios hormonales

La candidiasis es más frecuente en las mujeres que tienen un nivel más alto de estrógenos. Esto puede ocurrir en las mujeres que toman pastillas anticonceptivas con altas dosis de estrógeno, que siguen un tratamiento hormonal con estrógenos o que usan un DIU hormonal.

Hay que tener en cuenta que, de forma natural, el nivel de estrógenos se eleva durante la ovulación o justo antes de la regla, así como durante el embarazo.

Por otras razones diferentes, aunque también hormonales, la menopausia también es un factor de riesgo para padecer candidiasis.

Pérdida del equilibrio natural de la flora bacteriana

El uso de antibióticos cambia el equilibrio normal de los microorganismos existentes en el intestino y también en la vagina. Los antibióticos están destinados a acabar con el exceso de bacterias en el organismo. Matan las bacterias que normalmente viven en el cuerpo y que compiten con la Cándida y la mantienen a raya.

Por eso, su uso debilita esta función de autocontrol entre las bacterias y permite al hongo Cándida proliferar de manera incontrolada.

Por esta misma razón, alteraciones digestivas mantenidas en el tiempo, que igualmente afectan a la microbiota intestinal, pueden ser el origen de infecciones por cándidas de repetición. Y, de igual manera, tratamientos para el cáncer como la quimioterapia y la radioterapia también suelen alterar estas bacterias que controlan a las cándidas haciendo a estos pacientes más sensibles a padecerlas.

Disminución del sistema inmune

Si el sistema inmunitario de la persona está deteriorado será más sensible y propenso a padecer infecciones de todo tipo, entre ellas, las candidiasis. Así, situaciones que comprometen la eficiencia del sistema inmune pueden favorecer la aparición de candidiasis.

Estas situaciones pueden ser el uso de corticoesteroides  de forma mantenida en el tiempo; sufrir infecciones crónicas (VIH y otras), procesos de autointoxicación por demasiada permeabilidad intestinal o un sistema digestivo alterado de manera habitual.

Otros factores de riesgo en candidiasis

Como decíamos, la cantidad de cándida, así como de otros muchos microorganismos que normalmente viven en la vagina, se mantiene naturalmente en equilibrio. Esto es gracias al buen funcionamiento del organismo, que está diseñado para ello.

Por lo tanto, todo aquello que pueda alterar la forma natural de funcionar del organismo es un elemento distorsionador, que puede favorecer la aparición de cándidas. Algunos de los más importantes:

Dieta inadecuada

A los hongos “les encanta” la glucosa y todos aquellos alimentos que hacen subir el azúcar en la sangre: desde bollería, pan y pasta hasta golosinas, refrescos o alcohol.

Comer estos alimentos, ricos en azúcares e hidratos de carbono, estimula el crecimiento de microorganismos que alteran el estado de nuestras mucosas. Y con ello, también favorecen el desarrollo de la cándida en la mucosa vaginal.

Del mismo modo, los cereales –en especial los que contienen gluten- tienen la capacidad de irritar y volver más sensibles a nuestras mucosas. Esta leve pero constante inflamación hace que estos tejidos se vuelvan vulnerables ante el ataque de patógenos de diferente tipo.

Además, el abuso de estos alimentos puede llegar a disminuir la efectividad del sistema inmunitario, con todo lo que esto conlleva.

Estrés crónico

El estrés mantenido en el tiempo es claramente inmunosupresor.

El estado de estrés cronificado es demasiado costoso para el cuerpo humano, que se ve obligado a desatender ciertas funciones para poder mantener activa esta condición. Esto impide un correcto funcionamiento del organismo de base.

Además, las hormonas que generamos al estar estresados tienen un efecto devastador para la función inmunológica. Nos convierte en seres menos protegidos ante el ataque de cualquier patógeno y menos activos a la hora de reaccionar ante hongos como la Cándida.

Obesidad y/o diabetes

Las mujeres con un nivel de azúcar alto en sangre tienen un mayor riesgo de contraer candidiasis.

Las mujeres con diabetes no controlada tienen aún más riesgo de padecerla. En estos casos, los tejidos mucosos contienen más azúcar que en el resto de personas. Y ya hemos comentado cómo el azúcar es gasolina para la Cándida, entre otros microorganismos.

Exposición a tóxicos

Se cree que la exposición a metales pesados como el mercurio, arsénico o plomo favorecen procesos de infección por cándidas.

Personas con muchos empastes grises en la boca desde hace años podrían desarrollar mayor sensibilidad a las infecciones por Cándida y otros patógenos.

En el caso del arsénico, el abuso del consumo de arroz integral podría llegar a ser un factor de riesgo. Y el consumo de agua del grifo, de sistemas de tuberías antiguos a base de plomo, también pueden crear una mayor susceptibilidad.

Cómo luchar contra la candidiasis

El tratamiento convencional para resolver una candidiasis es a través de medicamentos. Hay varios y se pueden o suelen combinar los tratamientos tópicos con los tratamientos sistémicos por vía oral. En ambos casos, el profesional sanitario que te atienda te recomendará el más adecuado en tu caso en concreto.

Los tratamientos médicos contra la cándida deben ser recetados por tu médico y suelen estar comúnmente en todas las oficinas de farmacia, así que no suele resultar difícil conseguir el preparado adecuado en tu caso

En los casos que los medicamentos vía tópica u oral resulten ineficaces o si la infección es muy grave, se usan otros medicamentos antifúngicos administrados por vía intravenosa en entorno hospitalario. No es usual llegar a este punto, pero lo comentamos para que veáis que hay un arsenal terapéutico específico para cada tipo, momento y necesidad.

Como veis la parte farmacéutica está preparada para dar respuesta, ahora bien, es importante llevar a cabo muchas otras prácticas sanas para evitar llegar a este punto o fortalecer la eficacia terapéutica. Aquí te damos varias recomendaciones.

Recomendaciones para evitar candidiasis

Aunque ya estés en tratamiento médico para las cándidas, será de gran utilidad estudiar las posibles causas que llevaron a tu cuerpo a permitir un crecimiento desorbitado de estos hongos. A partir de aquí, tomar medidas para que el cuerpo pueda evitar estos brotes de infección de forma definitiva.

Llevar una dieta sana y baja en azúcares.

Eso implica que sea incluso baja en azúcares procedentes de la fruta. Además, consumir suficiente proteína de calidad (pescado, mariscos, aves y huevos) y grasas adecuadas (AOVE, coco, ghee, frutos secos, pescado azul). Otra recomendación es evitar procesados (salchichas, hamburguesas, embutidos) y fermentados de todo tipo (cerveza, quesos, yogures, vinagre, vino). También es recomendable evitar frituras y alimentos industrializados, como son los enlatados, snacks, patatas fritas, comidas congeladas, fast food y caldos concentrados. Y evitar las setas porque son hongos.

Reducir al mínimo el consumo de antibióticos

Como hemos visto, los antibióticos matan las bacterias (también las que son beneficiosas y luchan contra el crecimiento de Cándidas). Por lo tanto, el uso de antibióticos debe ser siempre recetado por un médico, y sólo en casos necesarios.

Y si se han de tomar, es interesante combinarlos con la toma de probióticos.

Reforzar el sistema inmune

Es importante luchar contra el crecimiento de cándidas aumentando y reforzando el sistema inmune y las glándulasadrenales (eso incluye descansar, reducir el estrés, tener una alimentación adecuada y hacer ejercicio físico).

Evitar ropa ajustada y sintética.

Es importante evitar sudar en exceso o llevar ropa húmeda durante largo tiempo. En este sentido, hay que cambiar las compresas o copas con regularidad durante la menstruación, además de usar materiales transpirables (cottonlike).

Mantener una correcta higiene de las mucosas

La higiene siempre es interesante, pero en el caso de las zonas íntimas, hay que evitar productos de higiene personal muy aromáticos. Lavarse con agua sería suficiente.

Las expectativas de curación son buenas siempre y cuando se tengan en cuenta estos dos abordajes: el que reduce la carga de hongos existente y el que posibilita una mejor condición de base para que no se vuelvan a repetir estas crisis.  Si los factores que han predispuesto a la candidiasis no se tratan, es muy probable que las infecciones se vuelvan recurrentes y sucesivas.

En todos los casos, resulta fundamental mejorar el estado de las mucosas. Para ello, es necesario reeducar a la persona en hábitos saludables para su mantenimiento. Es fundamental mantener niveles óptimos del pH de las mucosas. Y, finalmente, repoblar con probióticos la flora que ha sido deteriorada.

Tratamiento de candidiasis desde la medicina natural

Desde la medicina más natural, estos procesos pueden acompañarse de diversas maneras. En casos leves pueden ser un remedio muy interesante y, en todos los casos, puede contribuir positivamente al tratamiento.

  • Se pueden usar aceites esenciales capaces de generar un ambiente hostil para los hongos como el del árbol del té, el de orégano o el de menta.
  • Además, puede ser positivo usar alimentos ancestralmente utilizados para eliminar patógenos del cuerpo como el ajo (anilina), las semillas de pomelo o el té lapacho, también llamado Pau d’Arco.
  • Las infusiones antifúngicas son menos potentes, pero igualmente son positivas para el proceso y son fáciles de mantener en el tiempo como preventivos. Podrían utilizarse el comino, el hinojo, el tomillo, el laurel, la salvia o la menta.
  • Es importante ayudar a reequilibrar la variedad de flora para el autocontrol de microorganismos. Para ello, se puede usar el ácido caprílico, presente especialmente en el aceite de coco. O tomar probióticos como las cepas Lactobacillus rhamnosus GR-1 y Lactobacillus reuteri RC-14.

 La aparición de cándidas, especialmente cuando se repiten en el tiempo, puede ser un síntoma de que otras cosas están fallando en el cuerpo. Sin duda, déjate guiar por un profesional en la materia que sepa evaluar el alcance de tu infección y sepa valorar cuál sería el mejor abordaje para tu caso en particular.

Ánimo y ¡paciencia! A veces estos procesos resultan más largos de lo que nos gustaría a todos.

Referencias:

  • Mayo Cinic
  • Clinica Universidad de Navarra
  • Xavier Verdaguer
  • Vargas, SL. et al. Modulating effect of dietary carbohydrate supplementation on Candida albicans colonization and invasion in a neutropenic mouse model. NIH National Library of Medicine. 1993.
  • Martinez, RC et al. Improved treatment of vulvovaginal candidiasis with fluconazole plus probiotic Lactobacillus rhamnosus GR-1 and Lactobacillus reuteri RC-14. Letters in Applied Microinmunology. 2009. Mar;48(3):269-74.
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